Uno de los mejores vinagres del mundo es de Córdoba; El Guiso convierte el vinagre en un producto de lujo

Remitido

La empresa cordobesa recibió el Gran Oro en VINAVIN por su vinagre “Puro & Duro” y refuerza su apuesta por la cocina tradicional de calidad.

En una época en la que se celebra el producto de cercanía y auténtico, hay ingredientes que siguen pasando desapercibidos. El vinagre, presente en cualquier cocina, rara vez recibe el foco que merece. El Guiso, empresa con sede en Cabra (Córdoba), ha decidido cambiar eso con “Puro & Duro”, un vinagre balsámico que no pide permiso, se impone por su carácter y ha sido reconocido con el Gran Oro en el concurso internacional VINAVIN.

El galardón, concedido en 2019, es un referente en el sector y un hito que posicionó este vinagre como uno de los mejores del mundo. Su crianza en barricas de roble, su ausencia total de aditivos y rebajes, y su perfil aromático profundo lo sitúan en una categoría poco habitual para un producto que, durante años, se ha tratado como un simple aderezo.

“Queremos llevar la cocina andaluza a todo el mundo, pero sin convertirla en una caricatura”, afirma Raúl Cruz, CEO de El Guiso. “Y eso también implica dignificar ingredientes que han estado ahí siempre, como el vinagre. Si lo haces bien, con vino de verdad, con tiempo y sin atajos, se nota. Y entonces deja de ser un fondo de botella y se convierte en protagonista”.

La empresa, con una trayectoria centrada en recuperar recetas y procesos tradicionales, ha apostado por elevar también productos básicos del recetario andaluz, como los vinagres Montilla-Moriles, con los que elabora su gama. “Puro & Duro” no pretende reinventar el vinagre: solo devolverle el lugar que merece. Además del vinagre, El Guiso desarrolla una línea de productos tradicionales listos para consumir, como rabo de toro estofado, perdiz en escabeche, sofritos y caldos caseros, todos elaborados en sus instalaciones y con el mismo enfoque: sabor real, ingredientes reconocibles y procesos de siempre.

Que algo sea cotidiano no significa que no pueda ser extraordinario. Y en El Guiso, lo demuestran botella a botella.

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