Una periodista se quema a lo bonzo frente a un edificio de la policía rusa

Alfonso de la Mata

La periodista rusa Irina Slávina, directora del diario digital Koza Press, falleció este viernes tras prenderse fuego a lo bonzo frente a la sede del Ministerio del Interior en la ciudad de Nizhni Nóvgorod. «Les pido que culpen de mi muerte a la Federación Rusa», dejó escrito en su página de Facebook.

Slávina, de 47 años de edad, murió como consecuencia de las quemaduras ante los esfuerzos de dos agentes que trataron inútilmente de sofocar las llamas, según confirmaron los servicios de emergencias del país.

El líder opositor, Alexéi Navalni, acusó desde su cuenta de Twitter directamente a las autoridades de incitar a Slávina a quitarse la vida al urdir un caso político contra ella y registrar su domicilio. «Irina Slavina, periodista de Nizhny Novgorod, se suicidó. Una muerte terrible. Autoinmolación. Se fabricó una causa penal contra ella por haber escrito un artículo. Ayer la registraron, derribaron su puerta y le confiscaron su equipo. Este es el impulso más real al suicidio», escribió Navalni.

El magnate ruso Mijaíl Jodorkovski se sumó a las protestas y acusó a las fuerzas de seguridad de presionar a Slávina en el caso abierto contra la organización opositora patrocinado desde el exilio Rusia Abierta. Slávina, muy crítica con el Gobierno local, fue multada en 2019 por organizar una acción en memoria del opositor Boris Nemtsov, asesinado frente al Kremlin en 2015.

Según medios locales, Slávina era miembro de la Iglesia Pastafarí, fundada en EEUU, considerada una secta por algunos, y cuya filial rusa tendría relación con Jodorkovski.

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