Tamara Tenenbaum relata su historia familiar en la novela ‘Todas nuestras maldiciones se cumplieron’

Alvaro San Román

La escritora argentina Tamara Tenenbaum disecciona en su debut en la novela ‘Todas nuestras maldiciones se cumplieron’ (Seix Barral) una historia familiar a través de episodios fragmentarios en los que evoca el paso de la infancia a la madurez.

En un encuentro telemático con periodistas, Tenenbaum (Buenos Aires, 1989) ha subrayado que es una novela fragmentaria: «Me salieron escenas cortas. El material me pedía eso».

La novela explica ese tránsito como mujer que creció en una comunidad judía y cuyo padre murió en un atentado cuando tenía cinco años, lo que hizo que creciera en un ambiente dominado por mujeres fuertes.

La autora del ensayo ‘El fin del amor’ ha subrayado que no quiso subordinar la narración a un gran acontecimiento porque sería aplanar el significado de las escenas, sino que quería «mirar muchas cosas y ver el mosaico que se forma, por acumulación».

«Contar una vida es un montón de fragmentos» en el que no queda claro qué es lo relevante y cuyos eventos importantes están a la sombra, ha dicho Tenenbaum, que en la novela habla de aspectos como la religión, la muerte de su padre y las relaciones madre-hija.

«Ser mujer y criarse entre mujeres es estar en permanente investigación de lo que podría ser», ha dicho Tenenbaum, quien ha añadido que ello configura lo masculino como algo ajeno.

Tenenbaum ha señalado que su familia está «profundamente resignada» con su estilo literario personal y se ha acostumbrado a aparecer, y ha bromeado que sus hermanas se quejan de que aparecen poco, que son secundarias.

Ha dicho que tiene influencias de autores como Emmanuel Carrère, por su estilo e idea de voz narrativa; Vivian Gormick, por la narrativa de la intimidad, y Philip Roth, por el sentido del humor y oscuridad que le gusta sobre las relaciones familiares.

Preguntada sobre el mundo ortodoxo judío en el que creció, ha dicho que lo abandonó a los 12 años cuando entró en un colegio laico: «No lo sentí como una ruptura. Me fui y no sentí duelo o nostalgia», ha añadido.

La autora, que ha explicado que literariamente cree que ya ha exprimido su propia historia, ha explicado que se acaba de rodar una serie sobre su ensayo ‘El fin del amor’, en la que ha sido coguionista.

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