Tamara Falcó desvela en ‘El Hormiguero’ la «mentira» de Íñigo Onieva durante sus vacaciones e

Redacción

Después de disfrutar de unas vacaciones muy especiales en las que ha celebrado Nochebuena en Miami con su madre y sus hermanos antes de despedir el año con Íñigo Onieva en la exclusiva estación de Gstaad en los Alpes suizos, Tamara Falcó ha vuelto al trabajo.

La hija de Isabel Preysler ha reaparecido radiante en ‘El Hormiguero’ este jueves y, como no podría ser de otro modo, ha revelado cuáles han sido sus planes estas Navidades. Divertida, y tan espontánea como siempre, la marquesa de Griñón ha hablado de su viaje a la nieve, en el que además de practicar deporte -y de ‘sufrir el engaño’ de su marido- ha aprovechado para poner su figura a punto para todos los proyectos que le esperan en 2024.

«He estado en Miami y luego en Suiza, en una clínica de macrobiótica para empezar bien el año y compensar los excesos de las Navidades porque me he comido todos los turrones del mundo» ha asegurado sonriente, revelando que ha conseguido su objetivo y ha retomado la rutina con el mismo peso que antes de comenzar las vacaciones: «He soltado lo que había cogido porque me había pasado comiendo rösti, pasta y todos los turrones habidos y por haber».

Además de hacer una dieta détox, Tamara también ha probado una práctica deportiva nueva ‘engañada’ por Íñigo, un apasionado del esquí. «Fue todo una mentira de mi marido. Subía a esquiar y a hacer todo tipo de deportes. Y un día me convenció para hacer raqueta. Me dijo que era lo mismo que lo que hacía yo andando por el pueblo, pero con raquetas. Subimos la primera cuesta y yo estaba ya con un pulmón fuera. Veía que eso no se acababa ahí, que había mucho más», ha apuntado con sinceridad, reconociendo que aunque la gente competía con los tiempos y algunos hicieron la subida en 50 minutos, ella tardó «hora y media» y tuvo que parar «a mitad para tomar un zumo». «Aunque después lo agradecí» ha admitido, aplaudiendo la idea de su chico.

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