Mientras Íñigo Onieva asistía a la fiesta del 10º aniversario del restaurante Tatel, a pocos metros de allí Tamara Falcó acaparaba todas las miradas en la IV edición de los Premios Talento Fashion de la revista ‘¡Hola!’, que se han celebrado este miércoles por la noche en el Palacio de Santa Coloma -Consulado General de Italia en Madrid- y han reunido a rostros de la talla de Sara Carbonero, Isabel Jiménez, Alberta Ferretti, Lady Amelia y Lady Eliza Spencer -sobrinas de Lady Di-, Goya Toledo, Patricia Cerezo, o Claudia Osborne entre otras.
Una velada única en la que la hija de Isabel Preysler ha recibido el Premio Especial Tributo Fashion en reconocimiento a su evolución como diseñadora y su firme apuesta por la moda española -que ha recogido muy emocionada de manos de Nacho Aguayo, director creativo de Pedro del Hierro- y en la que ha arrasado con un look de su propia colección para Pedro del Hierro, ‘TFP by Tamara Falcó’.
Un conjunto de pantalón ancho satinado en color burdeos con estampado de pequeñas estrellas y chaqueta corta a la cintura a juego, que ha combinado con un favorecedor top blanco con escote palabra de honor y drapeado con forma de lazo a la cintura, y zapatos de Aquazzura, convirtiéndose en una de las mejor vestidas de la gala.
«Estoy muy bien, muy bien, súper contenta la verdad de estar aquí y que me premien, pues encantada» ha expresado con una gran sonrisa, revelando que si tuviese que destacar su talento más «increíble» ese sería «perseverancia y esfuerzo». «Nadie está exento de talentos, pero sí puedo decir que eso lo tengo» ha reconocido.
Además, entre risas, ha asegurado que «no lo practicado lo suficiente, no lo sé, tendría que pensarlo, pero no, talento oculto yo creo que no tengo». ¿Y su madre e Íñigo? Como ha apuntado divertida, «que yo sepa no».
Orgullosa, Tamara ha presumido de que los negocios «le van súper bien» a su marido: «A ver si el nuevo proyecto tiene tanto éxito como el primero. Hoy lo presenta, así que muy emocionados».
Sin embargo, y huyendo de polémicas, ha evitado pronunciarse sobre la información del altercado que habrían protagonizado el pasado fin de semana en Ibiza en un hotel con el que tenían un acuerdo de colaboración después de que se negasen a cambiarles de habitación para darle una con vistas al mar. Algo que habría molestado tanto a la marquesa de Griñón que habría optado por pagar su estancia y no publicitar en redes sociales el establecimiento hotelero.
Y aunque tampoco ha querido decir nada sobre la intención de la familia de Mario Vargas Llosa de leer atentamente las memorias de Isabel Preysler para tomar medidas legales si dijese algo ofensivo sobre el premio Nobel, sí ha confesado que tiene «muchas ganas» de que el libro de su madre salga a la venta y todos podamos leerlo.