Soy mayor, no gilipollas

Alvaro San Román

Nueve millones de personas en España somos mayores de 65 años, casi el 20% de la población. Un colectivo con un peso tremendo en la población de este país nuestro. Y sin embargo se nos maltrata. A mí me da lo mismo que me llamen mayor, viejo o anciano, pero lo que no consiento es que ataquen constantemente mi dignidad, porque más allá de la edad, sigo siendo una persona con todos mis derechos y no necesito a nadie que mi los tutele, ya me basto yo. Ciertos empresarios dicen que somos un colectivo improductivo, en ciertos hospitales negó la UCI a mayores de 80 y se los ha mandado a casa a morir, las residencias las han convertido en verdaderos aparcamientos, con una diferencia en un aparcamiento de coches hay vigilancia para que no pase nada, pero ya se sabe que un coche es mucho más valioso que un viejo.

Todos los políticos, desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha, se le llena la boca de buenismo “Se lo merecen todo”, “ellos han construido nuestro País”, y del buenismo pasamos al paternalismo donde nos dicen que es bueno para nosotros y que no debemos hacer.

Basta ya, de tanta hipocresía. No necesitamos a nadie que decida por mí lo que me conviene o lo que no, porque tengo dignidad y por si no saben lo que significa la palabra léanse la definición: “Cualidad del que se hace valer como persona, se comporta con responsabilidad, seriedad y con respeto hacia sí mismo y hacia los demás y no deja que lo humillen ni degraden”.

La responsabilidad

Nuestro colectivo siempre se ha comportado con responsabilidad, hemos sido responsables durante toda nuestra vida laboral, lo hemos sido con nuestra familia y lo seguimos siendo hoy. Hemos sido responsables acogiendo de nuevo en nuestros hogares a nuestros hijos y nietos, en la crisis de 2008 y en la de hoy, lo hemos sido cuanto nos hemos seguido levantando a las 7 de la mañana para llevar a nuestros nietos al colegio. Hemos compartido nuestras pensiones para que comiese toda la familia. Y lo hemos sido con todo el País, porque fue nuestras generaciones, con su responsabilidad, la que ha permitido que tengamos un marco de convivencia y libertades.

De la seriedad y el respeto

Somos un colectivo serio porque siempre hemos puesto por encima las necesidades colectivas sobre las nuestras personales, porque siempre hemos mantenido nuestra palabra y nuestro compromiso con nuestro entorno. Somos unas generaciones que siempre entendimos que el respeto por uno mismo comenzaba por el respeto a los demás, y si alguien tiene dudas que lea un poco de la historia (a muchos les vendría muy bien) de España de los últimos cincuenta años.

Por eso no se extrañen que yo no permita que me humillen recortando mis derechos de decisión o mi forma de vida, hoy un joven de 17 años tiene más libertada que la mayoría de los mayores de 65 años. Y por supuesto no voy a consentir que me degraden haciéndome vivir en un mundo paralelo específico para mayores, que quieren crearnos dejándonos fuera de la realidad.

Y por cierto mi pensión no es un regalo, es un derecho logrado con muchas horas de desvelos, madrugones, pagando impuestos y asentado las bases de la décima economía de Europa

Y, por último, que decir de todo el talento acumulado en el colectivo de viejos que cada día dejamos ir por el sumidero. 

Manifiesto

Yo manifiesto que si un día los nueve millones de personas, fuésemos capaces de ir de la mano en nuestras reivindicaciones, sin izquierdas ni derechas, estaríamos en posición de decidir por nosotros mismos lo que necesitamos y lo que queremos. Nueve millones de votos deciden un gobierno.

Lo dicho soy mayor pero no gilipollas.

 

 

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