Seis meses de cárcel por insultar y amenazar a jugadores de fútbol de distintas razas

Redacción

Dos hermanos han aceptado cumplir seis meses de prisión por insultar y amenazar a jugadores de fútbol de distintas razas y nacionalidades durante la celebración de un partido de la categoría juvenil en el polideportivo municipal de Museros (Valencia).

Estos dos hermanos se han sentado este miércoles en el banquillo de los acusados de la Audiencia de Valencia junto a otros tres jóvenes más por un delito de odio.

Inicialmente, Fiscalía acusaba en este procedimiento a los cinco jóvenes y les pedía tres años y nueve meses de prisión, así como el pago de una multa. Sin embargo, se ha llegado a un acuerdo por el que dos acusados han reconocido los hechos y se les ha rebajado la pena hasta los seis meses de cárcel.

También se les ha impuesto el pago de una multa de 540 euros y la prohibición del ejercicio de deporte profesional. Los hermanos no ingresarán en prisión siempre que no cometan ningún delito en dos años y hagan un curso de igualdad y trato no discriminatorio de las personas. Los otros tres acusados han sido absueltos.

Los hechos se remontan al 10 de diciembre de 2017, cuando se celebró un encuentro de fútbol entre los equipos CD At. Museros y La Creu CF Pobla Farnals.

En el equipo anfitrión, el Museros, jugaban diversos jóvenes de otras nacionalidades y razas, en concreto, raza negra, hispanoamericana y árabe. Igualmente se daba la circunstancia de que ya en encuentros deportivos anteriores había habido problemas con los aficionados de La Creu por proferir insultos racistas.

Una vez iniciado el encuentro, y sobretodo tras el gol que marcó un jugador del Museros, los condenados comenzaron, amparándose en el anonimato e impunidad que da la muchedumbre y con una intención de absoluto desprecio hacia la raza y la mínima dignidad de todo ser humano, creando un clima de violencia hacia los juzgadores de razas no blanca, a proferir insultos y amenazas como «negro de mierda», «sudaca», «UH UH UH», entre otros.

Los insultos se acompañaban de gestos de imitación del simio y esputos dirigidos hacia los ofendidos. Como el jugador al que se dirigían estaba asustado y se puso a rezar, los condenados se burlaron, imitándole de forma burlesca, con absolutamente claras notas de mofa y ridiculización hacia la religión musulmana.

Estos hechos crearon un clima de tal agresividad, odio, violencia y tensión que, temiéndose y previendo que en un momento u otro los agresores iban a pasar a la acción física, el árbitro se vio en la obligación de suspender el encuentro para intentar, así, mantener la seguridad del evento, dado que la situación era de todo punto intolerable.

Los condenados, que no tenían ningún tipo de relación personal con las personas a la que iban dirigidas estas acciones, actuaron así motivados por el odio, fobia y resentimiento hacia las personas de razas distintas a la blanca.

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