Reabre El Retiro y el resto de parques de la capital tras la inspección de daños en el arbolado

Alfonso de la Mata

El Retiro y el resto de parques que quedaron ayer cerrados ante la previsión de fuertes tormentas han reabierto este martes tras la inspección y evaluación de daños sufridos por el arbolado.

Cabe recordar que ayer el Consistorio madrileño decidió cerrar El Retiro y otros ocho grandes parques de la capital tras activarse la alerta roja por condiciones meteorológicas adversas, según las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).

El protocolo de los Jardines del Retiro se aplica a otros parques con el fin de garantizar la seguridad en más zonas verdes. Por lo tanto, cuando se activa la alerta roja también se cierran El Capricho, Jardines de Sabatini, la Rosaleda del Parque del Oeste, Juan Carlos I, Juan Pablo II, Quinta de Fuente del Berro, Quinta de los Molinos y Quinta Torre Arias.

La alerta roja se determina por rachas de viento iguales o superiores a 65 km por hora con temperaturas máximas inferiores a 35 grados centígrados y un porcentaje de agua disponible en el suelo por debajo del 75%; o bien rachas de viento iguales o superiores a 55 kilómetros por hora a las que se suman temperaturas máximas superiores a 35 grados o agua disponible en el suelo por encima del 75%. También cuando en 24 horas la acumulación de nieve sea igual o superior a 20 centímetros.

Con el nivel de alerta roja se suspenden todas las actividades y se desaloja el parque. Una vez finalizada la alerta, se realiza una inspección de las incidencias producidas y se procede a la retirada de ramas y árboles caídos. Se eliminan aquellos que se consideran inestables y se reparan los daños más relevantes en el resto de elementos del parque.

El ‘Protocolo de actuación ante la previsión de situaciones meteorológicas excepcionalmente adversas y de gestión de incidencias causadas por el arbolado’ tiene como principal objetivo prevenir incidencias y garantizar la seguridad de la ciudadanía y los empleados de El Retiro.

El parque tiene una superficie de 120 hectáreas y muchos de sus árboles son de grandes dimensiones y de avanzada edad, por lo que pueden sufrir daños o fracturas en ramas y troncos.

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