Promesas incumplidas por Sánchez ya en el ecuador de la Legislatura

Alfonso de la Mata

La promesa de Pedro Sánchez de reformar el Código Penal para prohibir los referéndums ilegales, hecha en campaña electoral y la posterior promesa de reformar el delito de sedición para rebajar las penas han quedado aparcadas por el momento a pesar de que solo se ha alcanzado el ecuador de la Legislatura y aún faltan dos años para las próximas generales si se celebran cuando tocan.

A estas se unen otras como la promesa de Sánchez en campaña de modificar la Ley Audiovisual para que los Consejos de Administración de medios públicos de comunicación fueran elegidos por dos tercios de los respectivos parlamentos. Además, la falta de consenso parlamentario tampoco ha posibilitado otros cambios como la modificación de la Constitución para suprimir el término «disminuido» en el artículo 49 de la Carta Magna para las personas con discapacidad; que quedara aparcada la supresión de los aforamientos o la inviolabilidad del Rey en la Carta Magna.

El presidente del Gobierno prometió el 4 de noviembre, durante un debate electoral a cinco de cara a los comicios del 10 de noviembre de 2019, que iba a reformar el Código Penal para prohibir «de una vez por todas» los referéndums ilegales y evitar que se volviera a producir otro referéndum como el del 1 de octubre de 2017 en Cataluña. Ello estaría enmarcado en una serie de medidas que, según dijo, irían encaminadas a resolver la crisis de convivencia en Cataluña.

La promesa, como tal, no fue reflejada en el programa electoral del PSOE, en el que se limitaba a advertir que en el modelo de Estado no tenía «cabida un referéndum de autodeterminación, que el Tribunal Constitucional (TC) ha considerado contrario a la Constitución y que, desde una perspectiva política, provoca la quiebra de la sociedad».

Sin embargo, esta promesa quedó relegada el 20 de enero de 2020 cuando, tras tomar posesión, Pedro Sánchez manifestó en una entrevista en TVE su intención de reformar el delito sedición, por el que fueron condenados los líderes del ‘pocés’, posteriormente indultados por el Gobierno.

Al ser preguntado si contemplaba reformar el delito de sedición para rebajar las penas, aseguró que «esta crisis ha demostrado que tenemos un Código Penal que no se corresponde con la época que le ha tocado vivir a España y que no tenemos delitos homologables a otros países europeos».

Sin embargo, el propio presidente del Gobierno congeló esta posibilidad de reformar el delito de sedición en junio de este año –en una respuesta a la portavoz de JxCat, Miriam Nogueras– al asegurar que, aunque la voluntad del Gobierno es hacerlo, pero lamentando no contar por el momento con los apoyos necesarios en el Parlamento para llevarlo a cabo.

En este sentido, Sánchez argumentó que España había aprendido una lección con el delito de sedición en 2017, cuando el expresidente Carles Puigdemont se fugó a Bélgica junto con varios consejeros del entonces gobierno catalán. Este delito no fue reconocido por la justicia en Alemania, donde fue detenido en un viaje, quien no autorizó la entrega a España del fugado.

PROMESAS DE CAMPAÑA

Durante aquel debate de noviembre de 2019, Pedro Sánchez prometió también «construir concordia desde la educación» aprobando una asignatura para todo el territorio español en valores civiles, constitucionales y éticos, algo que incluye la reforma educativa.

Sin embargo, la tercera promesa de aquel día, la de modificar la Ley Audiovisual para que los consejos de administración de los entes públicos de medios de comunicación sean aprobados por dos terceras partes de los Parlamentos autonómicos no se ha hecho aún efectiva. Al menos, no está de momento en el proyecto de reforma de la Ley Audiovisual. Esta reforma se hace básicamente para adaptar la legislación a la normativa europea, pero el Gobierno también ha aprovechado para incluir otras cuestiones relativas a RTVE. No obstante, aún está pendiente de tramitación en el Parlamento, donde podría sufrir modificaciones.

FRENAZO A LA RENOVACIÓN DE LA CORONA.

El 10 de julio de 2020, Pedro Sánchez se manifestaba partidario de suprimir la inviolabilidad del Rey, consagrada en el artículo 56.3 de la Constitución. Lo manifestaba así al hilo de las informaciones sobre el dinero recibido en el extranjero por el Rey emérito Juan Carlos I.

Y en diciembre de ese mismo año, el presidente señalaba que el Rey quería una Monarquía constitucional adaptada a la España del siglo XXI y que Felipe VI estaba trabajando entonces en asuntos como «rendición de cuentas» y «renovación» aunque debían ir «paso a paso». «Ya irán conociendo como se materializa la hoja de ruta de renovación de la Corona en cuanto a transparencia y ejemplaridad» señaló Sánchez en aquel momento.

Sin embargo, el pasado 7 de diciembre, la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, enfriaba estos planes al señalar que no se ha producido ningún avance en el plan normativo que anunció el Gobierno hace un año con el objetivo de renovar la Corona respecto a su transparencia y ejemplaridad. Además, dejaba claro que ahora mismo esta no era la prioridad, sino que la hoja de ruta del Gobierno está centrada en la recuperación económica y en cumplir los compromisos con la Unión Europea.

LA REFORMA DE LA LEY DE ENJUICIAMIENTO CRIMINAL, EN LA NEVERA

Otra de las medidas estrella del Ministerio de Justicia que sigue en la nevera, además de la prevista inicialmente para reformar el delito de sedición, y sin visos de prosperar en el medio plazo, es la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal (LECrim) para que el peso de la instrucción la lleven los fiscales.

Tras ser impulsada por el exministro Juan Carlos Campo, con la nueva titular se paralizó después de que se conociera un informe negativo de la Fiscalía. En octubre, el Ejecutivo anunció que creaba un Grupo de Trabajo Interinstitucional que se encargará de revisar el anteproyecto. Así, la única reforma que se ha llevado a cabo de la LECrim ha sido la del artículo 324 para ampliar de seis a 12 meses el plazo tope de las instrucciones de las causas penales.

El Ministerio de Justicia tampoco ha llegado a tiempo este mes de diciembre para trasponer la directiva europea de protección al denunciante, conocida como ‘whistleblower’. Si bien anuncian que «solo quedan por cerrar algunos flecos pendientes» y que está previsto que en enero el departamento dirigido por Pilar Llop eleve el texto al Consejo de Ministros.

Precisamente, el refuerzo de la protección del denunciante fue una de las promesas de Pedro Sánchez en el debate de investidura, en el que también anunció la creación de un Plan Nacional contra la Corrupción, reforzando los medios operativos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y con nuevas figuras penales.

NO SE REFORMA LA CONSTITUCIONAL PARA SUPRIMIR EL TÉRMINO DISMINUIDO

Otra de las promesas que el Gobierno no va a poder llevar a cabo es la reforma de la Constitución para suprimir el término «disminuido» del artículo 49 de la Carta Magna. Pero en esta ocasión, el incumplimiento no es atribuible al Ejecutivo, que sí llevó el proyecto al Parlamento, sino al rechazo de PP y Vox a que saliera adelante. Para su aprobación se necesitaba una mayoría reforzada de dos tercios y los partidos de derechas, que lo rechazan, suman más de un tercio del hemiciclo.

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