No estamos preparados para que nos visiten los extraterrestres

Redacción

El astrobiólogo Carlos Briones, que acaba de publicar un libro sobre una de las grandes preguntas de la Humanidad, «¿Estamos solos? En busca de otras vidas en el Cosmos», considera que el ser humano no está aún preparado para una posible visita de vida extraterrestre inteligente.

Briones, bioquímico e investigador en el Centro de Astrobiología (CSIC-INTA), realiza en «¿Estamos solos? (Editorial Crítica) un pormenorizado viaje desde el inicio de la vida en la Tierra a los avances en la búsqueda de organismos en el Sistema Solar y más allá.

Pregunta: Usted escribe en su libro que cuando la vida estaba por surgir en la Tierra, «el lienzo estaba listo, la paleta rebosaba de colores y la química había preparado sus pinceles». ¿Este mismo proceso puede ser frecuente en otros planetas?

Respuesta: Ese taller de pintura que metafóricamente describo, puede haberse establecido también en otros planetas o satélites, dentro y fuera del Sistema Solar.

No sabemos muy bien los pasos que da la química para convertirse en biología, que es lo que hace que la vida aparezca. Al comienzo del Sistema Solar, Venus y Marte estaban dentro de su zona de habitabilidad y se piensa que, cuando la vida surgió en la Tierra, en ellos también había grandes océanos de agua. Por lo tanto, nada impide que la química haya originado allí biología.

P: ¿De existir esa vida, cómo sería?

R: Desde el punto de vista químico, lo más probable con diferencia, es que esté basada en agua y carbono. Muchas veces hemos visto en la ciencia ficción vida basada en el silicio, pero la química del carbono, mucho más compleja, es la única que podría hacer moléculas de las que originan la vida.

A nivel químico, la vida sería parecida aquí y en cualquier otro sitio, pero a nivel bioquímico no tiene por qué. Podría estar basada en agua y carbono, pero que no tuviera proteínas o ADN. Tenemos que ser suficientemente creativos para diseñar sistemas biosensores que nos permitan detectar esas otras vidas.

 

Microorganismos en Venus

 

P: Venus ha sido noticia estos días por el descubrimiento de gas fosfano en sus nubes altas. ¿Qué piensa usted de su relación con la posible presencia de microorganismos?

El descubrimiento está bien, pero la presencia de esa molécula no sería suficiente para decir que hemos encontrado vida. Ese mismo gas está en las atmósferas de Júpiter y de Saturno, y allí lo ha originado la química. Decir algo tan extraordinario como que hemos encontrado vida en Venus requeriría de pruebas extraordinarias y estas, de momento, no lo son.

P: Los grandes esfuerzos de exploración se centra ahora en Marte, hacia donde este verano partieron tres misiones de Estados Unidos, China y Emiratos Árabes Unidos.

R: Sí, las tres van a llegar prácticamente a la vez. La Tierra invade Marte en febrero.

Son misiones muy interesantes, en particular la de la Nasa que, además de buscar restos de vida pasada, va a tomar muestras del suelo marciano para enviarlas a la Tierra. Con el potencial de todos los laboratorios de la Tierra para analizarlas, podría dar algunos resultados espectaculares.

P: ¿Qué otros lugares pueden ser prometedores para buscar vida?

R: Europa, el satélite helado de Júpiter. Otra luna muy interesante es Encélado, en torno a Saturno, ahí incluso se han detectado como géiseres enormes de agua a presión, es un lugar muy prometedor. Y otro satélite que nos gusta mucho es Titán, también de Saturno, del que sabemos que hay química orgánica en la superficie y debajo hay agua líquida.

P: Si se encontrara vida microbiana en Marte, ¿cómo habría que protegerla. El planeta sería de ellos?

R: Primero sería una muy buena noticia y luego sería un follón. ¿Quiénes somos los terrícolas para ir a otro planeta y colonizarlo? Esos son temas bioéticos e incluso geoéticos sobre la necesidad de proteger otros entornos de nuestra incursión.

Pero si hay recursos mineros, quién va a frenar a los humanos de ir a Marte a por ellos. En el futuro va a surgir una pelea interesante entre exploración y explotación. Ya tenemos experiencia de haber destrozado aquí otros ecosistemas en los que no deberíamos estar, hemos deforestado el Amazonas, hemos profanado los hielos de la Antártida.

P: Pero lo que realmente le gustaría al ser humano sería encontrar vida inteligente, ¿no?

R: La vida inteligente es un prejuicio que tenemos como humanos, nos gustaría encontrar algún equivalente a nosotros en algún sitio para comunicarnos, otra cosa es que luego nos den miedo.

A nivel científico, es mucho menos probable encontrar vida inteligente que vida, porque la historia de la evolución en nuestro planeta nos enseña que somos fruto de una tendencia evolutiva y de mucho azar.

 

Vida inteligente

 

P: ¿Estaríamos psicológicamente preparados para encontrar vida inteligente y comunicarnos?

R: Ese es un tema fascinante. ¿Seremos capaces de comunicarnos y querremos comunicarnos, querremos enseñar las cartas? ¿Actuaremos todos unidos como población de este planeta o, una vez más, cada país o cada comunidad, irá a lo suyo y querrá ser el primero que establece contacto? Y, si son benévolos, ¿cada uno querrá ser el primero en mostrarse como su amigo en detrimento de los otros países?

Hay muchísimas cosas que transcienden a lo puramente científico y que son del ámbito del pensamiento, de la filosofía, pero también casi de la geoestrategia, de la política.

¿Qué ocurriría ante una posible amenaza extraterrestre en forma de visitantes? Pues no sabemos cómo íbamos a reaccionar. Yo creo que no estamos preparados todavía, hasta que no los tengamos delante, pero sí lo estamos científicamente para que, un día, una misión encuentre una molécula que solo producen los seres vivos.

P: El cosmonauta Kostantín Tsiolkovski dijo: «La Tierra es la cuna de la Humanidad, pero no se puede vivir en una cuna para siempre». ¿El ser humano está hecho para vivir fuera de nuestro planeta?

R: Desde un punto de vista fisiológico, por su puesto que no, tendríamos que vivir en entornos cerrados.

A nivel psicológico, me imagino lo que puede ser estar en una misión tripulada a Marte, con el estrés que habrá y esa imposibilidad de salir de un entorno cerrado.

Las agencias espaciales están haciendo programas para buscar qué características deben tener los astronautas para misiones tan largas y un estudio que dice que lo fundamental no es ser ni el más fuerte, ni más inteligente, sino tener sentido del humor.

P: Su libro está repleto de referencias a otros ámbitos de la cultura, como la filosofía, la literatura, la pintura, el cine o la música, e incluso usted muestra su faceta de poeta.

He sido bastante insistente en el tema de ir mezclando otros ámbitos de la cultura porque estoy totalmente convencido de que estas grandes preguntas nos las planteamos todos independientemente de nuestra formación. Las personas que más han mirado al cielo, más que los astrónomos, han sido los poetas.

Las + leídas