Los jóvenes son optimistas con la tecnología pero piden avances en salud y medio ambiente, según un estudio

Alvaro San Román

Los jóvenes son optimistas con la tecnología pero piden avances claros en salud y protección del medio ambiente, según los resultados del Barómetro ‘Jóvenes y expectativa tecnológica, presentado este 23 de septiembre en un evento online organizado por Fad, Google y BBVA.

Así, el estudio señala que los jóvenes españoles de 15 a 29 años se muestran en su mayoría «tecno-optimistas» (35,4%) y creen en las oportunidades que les brindará la tecnología en el futuro al considerar mayores sus ventajas que sus inconvenientes. En torno al 20,9% piensa lo contrario y un 27% indica que ventajas e inconvenientes están equilibradas.

Por ello, los jóvenes confían en el futuro tecnológico con una percepción sobre el futuro que se asienta entre el optimismo –curiosidad (35,8%), esperanza (29,3%), motivación (27,7%)– y la incertidumbre (26,3%). La «ansiedad» sobre el futuro es mayor entre las mujeres, mientras que la «tranquilidad» y la «felicidad» son emociones comparativamente más frecuentes en los hombres.

Por otro lado, más de la mitad de los encuestados señalan que los desarrollos tecnológicos considerados más necesarios tienen que ver con la salud. Así, el 56,4% de los hombres jóvenes y el 46,6% de las mujeres jóvenes cree que se necesita la tecnología para un mejor diagnóstico, intervención y tratamiento de enfermedades y dolencias, así como para el cuidado. Los porcentajes bajan cuando se les pregunta sobre la probabilidad de estos desarrollos, siendo el 39% de chicas y el 29,8% de chicos quienes lo ven probable.

Lo mismo ocurre con los desarrollos que harían posible la sostenibilidad del medio ambiente: el 40,5% de los encuestados creen que la tecnología podría ayudar a generar y conservar los recursos naturales, pero solo el 20,7% considera que lo vaya a hacer.

Este Barómetro ha sido realizado mediante un panel online en el que se ha preguntado a 1.200 adolescentes y jóvenes de 15 a 29 años. La muestra ha sido tomada en marzo de este año 2020.

El estudio también recoge las percepciones respecto a cómo afectarán las transformaciones futuras de la tecnología al tiempo libre, la formación y la vida laboral. Así, el 62,6% considera que hará que exista más variedad en las ofertas de ocio; el 57,9% que hará que estudiar será más divertido y más fácil (56,4%); y el 51,3% considera que hará que el trabajo sea más creativo.

Respecto al trabajo, también existen segmentos críticos, pues un 41,2% considera que con la transformación digital del trabajo se perderán más empleos de los generados y un 32,8% afirma que aumentará la precariedad laboral. Las mujeres y las personas entre 25 y 29 años son más pesimistas, en líneas generales, con respecto a las consecuencias laborales de la digitalización pero también son más conscientes de la necesidad de que los centros de trabajo se impliquen en la formación laboral de sus empleados.

Casi la mitad de jóvenes está de acuerdo en la necesaria implicación de los centros de trabajo en la formación digital de sus trabajadores puesto que un 43,8% considera que la educación formal no proporciona las competencias tecnológicas necesarias.

DIFERENCIAS DE GÉNERO

Por otro lado, se observa un interés por iniciar una carrera profesional en el ámbito de las tecnologías (informática, robótica, ciberseguridad, desarrollo de aplicaciones, ingeniería industrial o mecánica, ingeniería de sistemas, biotecnología, etc.): a más de un tercio de jóvenes (35,8%) les gustaría iniciar una carrera profesional en este sector, un 14,7% ya la ha iniciado, algo menos de un tercio (28,8%) señalan que quizás lo harían y un 15,3% están seguros de que no la iniciarían. Las mujeres y las personas más jóvenes muestran menos interés por estas carreras tecnológicas.

La atracción por una carrera profesional en el ámbito de la comunicación mediada por la tecnología (influencer, youtuber, community manager, etc.) también es elevada. A un 38,4% les gustaría tener una trayectoria profesional en este sector, un 9,3% ya la ha iniciado, un 27,9% indica que quizás lo haría y un 18,5% señala que seguro que no.

Los hombres han iniciado carreras en la comunicación mediada tecnológicamente con más frecuencia que las mujeres, pero a éstas les gustaría más comenzarlas y, por edad, este sector es más frecuente entre los 15 y 19 años, pero atrae en mayor medida a jóvenes entre 25 y 29 años.

En el acto han intervenido la vicepresidenta tercera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño; el director de Políticas Públicas de España, Antonio Vargas; el director global de Negocio Responsable de BBVA, Antoni Ballabriga; el presidente de Fad, Ignacio Bayón; y la directora general de Fad, Beatriz Martín Padura. Los datos del Barómetro han sido presentados por la subdirectora del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de Fad, Anna Sanmartín. El acto ha sido conducido por la periodista de TVE, Ana Blanco.

Según Amparo Lasén, una de las autoras del informe, «este barómetro recoge un clima de incertidumbre que las y los jóvenes afrontan con optimismo estratégico, y unas condiciones vitales con relación al futuro y a los desarrollos tecnológicos que les afectan de manera ambivalente».
De este modo, existe bastante concordancia entre los ámbitos personales en los que las y los jóvenes desearían que les ayudara la tecnología y en los que creen que les ayudará en realidad: destacan la formación, el cuidado de la salud y la búsqueda y elección de trabajo.

El Barómetro ‘Jóvenes y expectativa tecnológica’, promovido por Google y Fad, pretende ser el primero del Observatorio Jóvenes y Tecnología, que aportará datos bianuales sobre esta variable fundamental para entender el desarrollo juvenil.

Los temas que ocuparán a este Observatorio girarán en torno al impacto de la tecnología en el desarrollo juvenil aportando datos periódicos sobre balance entre el optimismo y la incertidumbre, las brechas digitales, la autocapacitación, el papel de la escuela en la alfabetización digital, la transformación digital del empleo y las competencias digitales necesarias para la inserción laboral, entre otros.

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