Los iconos de Skoda se reinventan: ahora el 130 RS, el “Porsche del Este”

Wenceslao Pérez Gómez

¿Cómo serían hoy en día los coches clásicos de la legendaria familia ŠKODA, que acaba de cumplir 125 años de historia, si se materializasen en los bocetos de los diseñadores contemporáneos? Nos adentramos en su imaginario y descubrimos qué es lo que les inspira.

Cinco jóvenes diseñadores de ŠKODA, ofrecen su particular visión del futuro partiendo de cinco vehículos que han marcado la historia de Mladá Boleslav. Ahora le toca el turno al mítico “Porsche del Este”: el ŠKODA 130 RS.

Aymeric Chertier

El diseñador franco-español Aymeric Chertier es el responsable de reimaginar uno de los coches de carreras de mayor éxito en la historia de la marca. Basado en el modelo de serie 110 R coupé, el 130 RS, del que solo se produjeron 200 ejemplares, fue expresamente modificado para la competición: puntales de refuerzo, barra antivuelco, paneles de carrocería de aluminio y un motor de 1.298 c.c. capaz de generar hasta 103 kW de potencia le permitieron obtener grandes éxitos, como sus victorias en Rally de Montecarlo de 1977 y en el Campeonato Europeo de Turismos de 1981. Reinterpretar en clave moderna toda una leyenda de la marca no iba a ser sencillo, pero Aymeric Chertier ha sabido dar con la fórmula. Su versión del 130 RS incorpora conceptos modernos y un aspecto retro-futurista, pero permanece firmemente fiel a sus orígenes. Un coche con estilo, pero práctico y con una finalidad bien marcada: correr, ganar y romper barreras.

Es evidente que a Chertier le encantan los coches que tienen un propósito y una función claramente definidos, y que su visión del 130 RS es el producto de una amorosa dedicación, y aclara que. No estaba interesado en presumir de un interior bonito y exótico. Desde el principio, quise crear algo funcional y con un propósito muy claro”, subraya Chertier. “Este coche se fabricó con la intención de competir, es la sensación que se desprende del vehículo con solo mirarlo. Se diseñó y se construyó con una prioridad, la velocidad. Todo en él sirve ese propósito: la forma de la carrocería, la barra antivuelco, los asientos, la configuración general del interior. Todo se creó con una función en mente, para que este coche fuese el más rápido de la pista”.

Es esa esencia, ese propósito, que Chertier intentó trasladar a la interpretación moderna del 130 RS. Durante su etapa formativa como diseñador, tuvo la oportunidad de reflexionar en profundidad sobre la importancia de la esencia del producto. “La realidad industrial, el contexto en el que trabajamos, tiende a lo pragmático. Nuestros productos son el resultado del compromiso y respetan el riesgo que supone la cuantiosa inversión que se lleva a cabo en ellos”, afirma describiendo los principios y límites de su día a día como diseñador de ŠKODA. Con su interpretación moderna del 130 RS, sin embargo, ha sido capaz de dar rienda suelta a su imaginación y crear un coche que levanta pasiones y que aspira a ser un auténtico deportivo, como la leyenda de los años 70.

Siguiendo esta idea, Aymeric ha basado el exterior del diseño experimental en el modelo original. “Quería refrescar el coche original, no cambiarlo. Retuve su esencia y sus líneas características, y añadí, por ejemplo, ciertos detalles presentes en coches WRC modernos”, dice el diseñador, explicando el aspecto retro combinado con las distintivas formas musculosas de su coche.

Aunque el exterior de su 130 RS se mantiene fiel a la tradición, por dentro es innovador y rompe barreras. Aymeric ha diseñado una nueva barra antivuelco, que está integrada en la estructura básica del coche. “La jaula de seguridad no está atornillada al chasis, sino que forma parte íntegra de este. La estructura mantiene unido todo el interior, sirviendo de soporte para el salpicadero, los asientos y las puertas, y “abrazando” la palanca del cambio de marchas”, sostiene, remarcando el aspecto práctico del vehículo.

Por lo tanto, el diseño experimental del 130 RS es más que un coche con estilo retro-futurista inspirado por el exitoso modelo de competición original. “En su día, el 130 RS fue un coche que rompió muchas barreras y que era, en muchos aspectos, extraordinario”, dice Aymeric, posiblemente sin darse cuenta de que su afirmación es cierta en más de un sentido. Eso se debe a que los logros del 130 RS, como producto de la Checoslovaquia comunista, ultrapasaron los límites del bloque soviético. El éxito internacional del coche le valió el apodo de “Porsche del Este”.

Aymeric necesitó varias horas para elaborar un concepto básico del diseño. Tras ello, trabajó en los detalles. “Soy un poco de la vieja escuela: me gusta hacerlo todo con papel y lápiz. Dibujo rápidamente algunos bocetos de la arquitectura básica y luego redefino las proporciones y las líneas individuales”, dice Aymeric, describiendo su modus operandi. En este caso, solo recurrió al ordenador en la última fase. “En el ordenador añado los colores al boceto para que sea más fácil de entender para el público general”, añadiendo que sabe en todo momento que aspecto tendrá el diseño final. Si algo no sale exactamente como lo imaginaba, o si sus jefes quieren que modifique algo, vuelve al papel y al lápiz. “Puede que sea menos eficiente, pero es la forma que tengo de pensar y crear”.

Aymeric es realista en cuanto al futuro de su diseño experimental. “Aunque a mis jefes les gusta mi visión del 130 RS, seguirá siendo eso: una visión. Los bocetos de diseño de ŠKODA que presenta al público siempre tienen una conexión con algo que se está preparando. Pero sería divertido si pudiera, una vez más, escapar de la realidad y construir, por lo menos, un pequeño modelo físico”, dice Aymeric, soñando en voz alta.

 

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