Lolita Flores confiesa cayó en el alcohol y las drogas tras la muerte de su madre y su hermano Antonio

Redacción

Horas después de sentarse en el plató de ‘Tarde AR’ y de anunciar su incorporación como colaboradora del nuevo programa de Ana Rosa Quintana, Lolita Flores se ha convertido en la protagonista de la segunda entrega de ‘El musical de tu vida’. Siguiendo la estela de Ana Obregón, la artista ha repasado con Carlos Sobera los episodios más importantes de su vida, abriéndose en canal al recordar los momentos más felices, pero también los más dolorosos.

De su infancia, su desconocido y especial vínculo con Pepa Flores, la inolvidable Marisol, del que la hija de Lola Flores ha hablado muy emocionada por primera vez. Y es que durante una época -la de mayor éxito profesional de la actriz- fueron vecinas en la madrileña calle maría de Molina. Lolita, que por entonces tenía 10 años, «adoraba» a la protagonista de ‘Rumbo a Río’, que también tenía un gran cariño por ella: «Ella vivía en el quinto, nosotros en el tercero izquierda. Llegaba del colegio, dejaba la cartera y me subía a verla. Cuando yo no subía, ella me llamaba para que fuera. También me venía a recoger al colegio, aunque no se bajaba del coche por la que se hubiera formado» ha recordado nostálgica, revelando que aunque su amistad «ha perdurado en el tiempo», «ella dejó esta vida y yo no la quiero molestar».

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Continuando con los episodios más destacados de su vida, imposible no dedicar un número musical a su multitudinaria boda con Guillermo Furiase en Marbella, que ha pasado a la historia por la frase de Lola Flores «si me queréis irse» ante las miles de personas que se amontonaron en la iglesia y alrededores para ver a su hija dándole el ‘sí quiero’ al argentino.

«Mi madre se encargó de todos los preparativos, quería una boda así porque era la primera que me casaba, pero la culpa de la que se formó en la iglesia fue mía. Con toda mi inocencia fui al programa de radio de Íñigo y conté que me casaba, que estaba muy enamorada y que toda la gente que quería a Lolita, podía ir a la boda» ha recordado impactada de la gente que ese día le demostró su amor presentándose en la iglesia.

Tras su separación de Guillermo, padre de sus hijos Elena y Guillermo, Lolita ha vivido otras historias de amor importantes. Una de las más mediáticas, con Juan y Medio que, como ha desvelado, «podría haber sido mi marido pero no llegamos a buen puerto». «Tenía una moto muy grande, cabíamos muchos en la moto y no preguntes más» ha añadido, confirmando entre risas a Sobera que las deslealtades del presentador, al que ha dejado claro que sigue queriendo mucho, provocaron el fin de su relación.

EL TRANCE MÁS DOLOROSO DE SU VIDA

Tratándose de ‘el musical de su vida’, Lolita ha hablado del peor momento de su vida, cuando su madre y su hermano fallecieron con escasamente 15 días de diferencia en 1995. El 16 de mayo moría Lola Flores víctima de un cáncer y dos semanas después, y sin tiempo de reponerse de este durísimo golpe, lo hacía Antonio Flores al no poder superar la ausencia de su madre: «Mi madre no podía vivir sin mi hermano y mi hermano sin madre. Si hubiera sido al revés, creo que hubiera tardado poco mi madre. Mi hermano murió de amor, de amor también se muere, como decía Camilo Sesto» ha reconocido la artista.

«A mí me salvó que tenía dos hijos, me salvó mi trabajo. Me salvaron mis amigos, me salvó el volverme loca durante un año y medio o dos años, sin salir, sin dejar mi casa y sin dejar a mis hijos desamparados. Ahora me puedo reír, pero la herida sigue debajo» ha confesado la artista muy emocionada, asegurando que no fue ella, sino su hermana Rosario Flores la que tomó las riendas de su familia: «Ella tuvo la grandísima idea de hacer de El Lerele tres casas y llevarnos a papá a vivir con nosotros».

Un momento doloroso en el que, como ha confesado, dejó de cuidarse y se refugió en el alcohol y en las sustancias para sobrellevar el dolor. “Cada uno lleva las pérdidas como puede. Yo me quité el dolor a base de tomarme muchas botellas de whisky, de probar sustancias que nunca antes había probado, pero por suerte nunca estuve enganchada y pude salir” ha revelado.

Fue su hija mayor, Elena, quien la salvó: «Dio la voz de alarma. Llamó a mi hermana y le dijo ‘a mi madre no la veo bien’. Me llamó mi hermana y me dijo ’¿qué te pasa?’ y eso fue como el corte a esa pena, a ese dolor y a ese desbarajuste de cabeza que yo tenía. Pensé en qué estaba haciendo y mis hijos están por encima de todo y mis hijos me necesitan por encima de todo”, ha recordado al borde de las lágrimas.

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