«Érase un hombre a una nariz pegado, érase una nariz superlativa», escribía Quevedo a Góngora hace cuatro siglos en tono burlesco.
Ahora, Mehmet Ozyurek de 72 años de edad, aunque toda su vida la gente se ha girado a observar su llamativa nariz, ha aprendido a valorarla y convivir con ella sin complejos, hasta llegar a recibir el reconocimiento de la nariz más grande del mundo por el Guinness World Records.
Su nariz de 8,7 centímetros se ha convertido oficialmente en la más grande del mundo. El tamaño no es la única característica que hace resaltar a su nariz con respecto a las demás. El hombre asegura que su sentido del olfato está mucho más desarrollado que la media y percibe olores que nadie más detecta.
«Por ejemplo, cuando entro en mi casa… puedo saber inmediatamente qué plato se está cocinando», comenta el recién galardonado.
Mehmet se ha convertido en una referencia con los mensajes de aceptación del físico de uno mismo y de elevación de autoestima que ha lanzado tras obtener el reconocimiento.
