La Infanta Cristina recupera la sonrisa tras su separación de Iñaki Urdangarín

Redacción

En pleno proceso de divorcio de Iñaki Urdangarín, la Infanta Cristina se encuentra de nuevo en nuestro país y, días después de asistir en Figueres a la reunión del patronato de la Fundación Gala-Salvador Dalí, ha reaparecido en Madrid por un motivo muy especial.

Y es que como abanderada de los JJOO de Seúl 88, la ex duquesa de Palma no se ha querido perder el homenaje que el Comité Olímpico Español (COE) ha hecho a los deportistas que participaron en los Juegos de Calgary y Seúl, donde ha sido distinguida con un diploma que recibió con la mejor de sus sonrisas, por su contribución al deporte español.

Emocionada, la Infanta Cristina confesó qué significó para ella ser la primera mujer en portar la bandera de unos Juegos Olímpicos de verano: «Es algo indescriptible, el poder estar ahí con todo el equipo, fruto del trabajo de tantos años de preparación».

Un acto en el que, muy recuperada del varapalo que supuso su separación de Iñaki Urdangarín, la hermana del Rey Felipe VI posó junto a la esquiadora Ainhoa Ibarra – abanderada de Calgary 1988 – y charló con el resto de homenajeados, entre los que se encontraban Lola Fernández Ochoa, que recogió un diploma en nombre de la fallecida Blanca Fernández Ochoa, o el jinete Luis Astolfi.

Visiblemente más delgada, pero con una gran sonrisa en todo momento que refleja que poco a poco supera su ruptura con el padre de sus cuatro hijos, Doña Cristina lució un sencillo conjunto primaveral, con pantalón fluido en blanco, blusa en rosa empolvado y zapatos de tacón bajo con print de pitón.

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