La bonita historia de un francés hijo de un soldado alemán de la II Guerra Mundial

Redacción

El mejor regalo de Navidad que recibió el jubilado francés Thierry Soudan fue una vela de cera de abeja «de las colmenas de [su] padre», un soldado alemán de la Segunda Guerra Mundial cuya identidad conoció en los años 2000.

Durante la mayor parte de su vida, este hombre de 80 años no supo que su padre era un soldado alemán del que su madre se enamoró durante la ocupación nazi de Francia, un «vergonzoso» secreto que se llevó a la tumba.

Como él, unos 100.000 niños nacieron de madres francesas y padres alemanes durante la ocupación de Francia entre 1940 y 1944, según el historiador francés Fabrice Virgili.

Pese a que la reconciliación franco-alemana se selló en 1963 con el Tratado del Elíseo, que el domingo los mandatarios Emmanuel Macron y Olaf Scholz conmemorarán en París, Soudan conoció su historia mucho después.

Fue en la madurez cuando este hombre, cuya pasión por las abejas le une al padre que nunca conoció, empezó a reconstruir la historia de su nacimiento, el 19 de octubre de 1942.

Durante la guerra, su madre trabajaba en el café del pueblo de sus padres, en Angerville, a unos 70 kilómetros al sur de París. Los soldados alemanes solían ir y la joven de 17 años se enamoró de uno de ellos.

Cuando se quedó embarazada, su familia se sintió muy avergonzada. La enviaron a París y no regresó al pueblo hasta el final de la guerra, pero su regreso con un hijo pequeño fue demasiado, incluso para el padre de ella.

El hombre abandonó el hogar familiar y se divorció de su madre. «Tuve la sensación de ser el patito feo [durante toda la infancia], como si no perteneciera a mi familia», confiesa Soudan.

«Todo el mundo lo sabía»

Tras años preguntando, a principios de los años 2000, un anciano del lugar le reveló finalmente que su padre era un soldado alemán llamado Ludwig Christ.

«Todo el mundo lo sabía y nadie nunca dijo nada», dice este exempresario jubilado, que recibe a la AFP en su casa en la isla de Oléron (oeste).

«Fue como darse un golpe en la cabeza», agrega.

Soudan contactó entonces a la embajada de Alemania que le anunció la muerte de su padre en 1999.

«Podría haberlo conocido», si lo hubiera sabido antes, lamenta el hombre, que hizo su servicio militar francés en Alemania cuando era joven.

Pero en 2019 una asociación francoalemana llamada «Corazones Sin Fronteras», que ayuda a investigar casos como el de Soudan, logró hallar la tumba de su padre en la ciudad alemana de Múnich (sur).

Y dejaron una nota pidiendo a los familiares del difunto que les contactaran por «un asunto familiar».

Un día, Thierry Soudan recibió así una llamada que cambió su vida: «Me hablaron en francés, pero no entendía nada», recuerda.

Al otro lado del teléfono, su hermanastra Waltraut y su hermanastro Manfred llamaban desde Baviera. «Fue muy emotivo», confiesa, con un nudo en la garganta, el jubilado.

Los tres se reunieron por primera vez en la isla de Oléron. Waltraut Maurer trajo consigo una foto de un niño que halló en un álbum familiar. Detrás figuraba el nombre de Thierry, escrito por su padre.

«Historia de amor»

La liberación de Francia vino acompañada de humillaciones contra las mujeres francesas que tuvieron hijos con alemanes, acusadas de colaborar con el enemigo y a las que afeitaron la cabeza como le ocurrió a la madre de Soudan.

Desentrañar la historia de sus padres ha sido a la vez doloroso y reconfortante, afirma.

«Descubrí que fue el peluquero del pueblo quien afeitó a mi madre».

Pero también guarda recuerdos felices de sus padres.

«La hermana pequeña de mi madre me contó que los había visto varias veces paseando de la mano por el pueblo», recuerda. «Era una historia de amor, no una violación».

Waltraut Maurer asegura a la AFP que su hermano le resultó familiar de inmediato.

«Tiene las manos y los ojos de nuestro padre y es apicultor en su tiempo libre, igual que él», explica la hermanastra, que por esta razón le regaló una vela de cera de abeja por Navidad.

Maurer está aprendiendo francés y habla a menudo por teléfono con su hermanastro.

Soudan dice que ha encontrado una «familia cálida y maravillosa» y que ahora está tramitando la nacionalidad alemana para acercarse un poco más a sus raíces.

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