Giro en el caso de Paloma Lago: «Alfonso Villares fue el que alertó a su familia que estaba mal»

Redacción

Nuevas e importantes novedades en el caso de Paloma Lago una semana después de salir a la luz su denuncia por agresión sexual contra el exconselleiro del Mar de la Xunta de Galicia Alfonso Villares.

A pesar de que el hermetismo y la prudencia es máxima en el entorno de la presentadora gallega, que en estos momentos está refugiada con su familia en su casa de Cabo Prior, en Ferrol, recientemente conocíamos que cuando acudió a Comisaría a interponer la denuncia refirió que sospechaba que podría haber sido sometida a sumisión química por parte del expolítico -que ha dimitido de su cargo, renunciando así a su condición de aforado para defender su inocencia en el juicio-, aludiendo a que era veterinario y tenía acceso a ciertas sustancias con las que podría haber anulado su voluntad.

Sin embargo, el informe toxicológico de Paloma -que se le realizó la noche del 27 de diciembre, horas después de despertarse desorientada y mareada en su domicilio- no ha encontrado rastro de sustancias que avalen la supuesta sumisión química, y los resultados también serían negativos en alcohol.

También ha trascendido que la exmujer de Javier García Obregón no se encontraba sola cuando se produjo su desvanecimiento el pasado 27 de diciembre, sino que estaría acompañada por Villares, con el que supuestamente manteía una «relación esporádica» desde hacía varios meses.

E, importante giro de última hora, habría sido el exconselleiro el que habría llamado alertando a sus familiares del estado en el que se encontraba Paloma. Tal y como han contado este jueves en ‘El programa de Ana Rosa’, el primero que llegó a la casa de la presentadora fue su sobrino, que habría encontrado a su tía aturdida y desnuda. Minutos después, era su hermana la que acudía al lugar, pidiendo a su hijo que llamase al 112 al ver cómo estaba la modelo.

Durante ese tiempo, Villares habría estado con ellos en el domicilio, que abandonó justo antes de que llegase la ambulancia justificando que tenía un evento al que acudir por su apretada agenda como conselleiro.

Paloma se habría negado a subir a la ambulancia, y habría acudido al hospital acompañada por un familiar. Allí, el mismo día de los supuestos hechos, se le realizó un análisis toxicológico, descartándose la presencia de ninguna sustancia tóxica en su organismo.

En el centro médico, la gallega no se refirió en ningún momento a la presunta agresión sexual, y fue cuatro días después cuando acudió a la comisaría de la Policía Nacional de Ferrol para denunciar a Villares, comentando sus sospechas de que podría haber sido sometida a sumisión química.

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