El expresidente del Gobierno socialista Felipe González se ha reivindicado este jueves como un hombre «libre» porque dice lo que piensa, y alguien «controvertido», un atributo que ha valorado porque, según ha sostenido, «quien no es controvertido es que traga con todo».
Son ideas que el también ex secretario general del PSOE ha expresado a lo largo del discurso que ha pronunciado al recibir en Sevilla, de manos del presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, el V Premio Iberoamericano ‘Torre del Oro’, promovido desde 2018 por la Fundación Cajasol y la Cámara de Comercio de Sevilla con carácter anual.
En el acto han intervenido también el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz; el presidente de la Fundación Cajasol, Antonio Pulido; el presidente de la Cámara de Comercio de Sevilla y de la Asociación Iberoamericana de Cámaras de Comercio, Francisco Herrero; el presidente de la Cámara de Comercio de España, José Luis Bonet, y el presidente del jurado que ha concedido este galardón, Enrique Iglesias.
Al acto han asistido también, entre otros, el exvicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra, los expresidentes socialistas de la Junta de Andalucía Manuel Chaves y José Rodríguez de la Borbolla; el presidente del Parlamento andaluz, Jesús Aguirre; la consejera andaluza de Desarrollo Educativo y Formación Profesional, Patricia del Pozo; el presidente de la Diputación de Sevilla, Javier Fernández; el secretario general del PSOE-A, Juan Espadas, y el senador del PP y expresidente del PP andaluz Javier Arenas.
En un contexto político marcado por las negociaciones para la investidura de un presidente del Gobierno tras las elecciones generales del 23 de julio, y de las que pudiera llevar a cabo el líder del PSOE, Pedro Sánchez, con partidos independentistas y nacionalistas para lograr ser reelegido con sus apoyos en el Congreso de los Diputados como jefe del Ejecutivo, Felipe González ha centrado su intervención al recibir este premio en sus relaciones con Iberoamérica a lo largo de su vida.
De hecho, ha comenzado comentando que acababa de llegar de Santiago de Chile, donde ha podido asistir a la conmemoración del 50 aniversario del golpe de estado de Augusto Pinochet que derrocó al gobierno de Salvador Allende en septiembre de 1973.
No obstante, a lo largo de su discurso, Felipe González ha deslizado mensajes como los de que se consideraba un hombre «controvertido», y al respecto ha sentenciado que quien «no es controvertido es que traga con todo». «Que nos libren de los no controvertidos, los que son capaces de quedar bien con todos a la vez», porque «algo tienen», ya que «controvertido hay que ser», ha manifestado también en el transcurso de su discurso.
Además, ha reconocido que protagoniza «pocas apariciones públicas», y que se considera «libre porque digo lo que pienso», y «responsable porque pienso lo que digo, y eso me obliga a callarme mucho más de lo que desearía, porque ahora la gente primero habla y después piensa en lo que ha dicho», ha comentado.
«Yo me siento libre porque digo lo que pienso y lo digo con respeto. No lo que dicen que digo, sino lo que yo digo, que no es lo mismo», ha apostillado el que fuera presidente del Gobierno entre 1982 y 1996.
En otro momento de su discurso, ha aludido al pacto constitucional y a los pactos de la Moncloa alcanzados en España en 1977, al «acuerdo de convivencia en paz y en libertad de los españoles» que sustentaba «eso tan denostado ahora que llaman el ‘régimen del 78’, que yo enseguida adopté con orgullo», y que «efectivamente era un régimen porque era algo nuevo y distinto de lo que habíamos dejado atrás», ha añadido.
SU RELACIÓN CON IBEROAMÉRICA
Respecto a su relación con los países de Iberoamérica, Felipe González ha destacado que lleva «más de 50 años» viajando por esa parte del continente americano, y ha explicado que el «propósito inicial» que tenía su recorrido por América latina era el de que «lo que estaba pasando en España» en aquellos años de la Transición tras la dictadura de Francisco Franco «pasara en los países donde no había democracia».
En este contexto, y en el marco de su intervención, ha dedicado especial atención a su primer viaje a Chile, en septiembre de 1977, tres meses después de las elecciones a Cortes Constituyentes de España, para, en su condición de abogado, tratar de «sacar de la cárcel» a un senador y al cargo equivalente a gobernador del banco central de aquel país.
El expresidente ha aludido también durante su discurso de agradecimiento del premio a dirigentes históricos de Latinoamérica, como el actual presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, al que ha tachado de «sátrapa que es capaz de negarle la nacionalidad, como tantos dictadores, a gente extraordinaria», y «que es (Anastasio) Somoza pero peor, que ha hecho todo lo que ha hecho Somoza y más», según ha añadido, y en ese punto es cuando ha comentado que, «cuando uno dice eso, se convierte en una persona controvertida», pero «es que quien no es controvertido, es que traga con todo».
Felipe González ha defendido que «la apuesta de España en América Latina ha sido una apuesta de verdad, de compromiso, de medio y de largo plazo», y ha subrayado que los «vínculos» de España con esos países trascienden lo económico y son «identitarios».
El expresidente ha concluido su discurso agradeciendo el premio ‘Torre del Oro’, que ha dicho recibir con una «emoción» que ha tratado de «disimular para que no se note demasiado», y del que ha valorado que le «vincula con Iberoamérica más si cabe», aunque no sabe «si cabe más, después de 50» o más años recorriendo «todas las tierras de América de parte a parte en todo el continente», según ha puesto de relieve.
ELOGIOS A LA TRAYECTORIA DE GONZÁLEZ
Antes de Felipe González han intervenido en este acto quienes asistían al mismo desde la mesa presidencial, comenzando por el presidente de la Fundación Cajasol, Antonio Pulido, que ha subrayado el «carácter transformador» de la obra de gobierno del expresidente y su «profundo esfuerzo por ahondar en el espacio fructífero de la relación con Iberoamérica», así como ha valorado que «habla cuando tiene que hablar, guste o no lo que diga», desde una «especie de ‘auctoritas'» que proviene de su «valentía», según ha defendido.
El presidente de la Cámara de Comercio de Sevilla y de la Asociación Iberoamericana de Cámaras de Comercio, Francisco Herrero, ha defendido que Felipe González dio en «destacadas ocasiones» a lo largo de su trayectoria como presidente del Gobierno «muestras de su interés por mejorar las relaciones entre España e Iberoamérica».
El presidente de la Cámara de Comercio de España, José Luis Bonet, también ha valorado que las relaciones de España con Iberoamérica experimentaron «un fuerte impulso» durante el gobierno de González, de quien ha destacado su «visión estratégica de cómo deben ser esas relaciones», desde una «vocación europeísta e iberoamericana», tras lo que ha defendido que personas como el expresidente socialista «constituyen un modelo y una inspiración para fortalecer esas relaciones económicas y profundizar en todo aquello que nos une a Latinoamérica».
Finalmente, el presidente del jurado del premio, Enrique Iglesias, que recibió ese mismo galardón en su primera edición, en 2018, se ha referido a González como un «gran sevillano y español», y ha aprovechado la ocasión para subrayar la «necesidad muy importante» en la actualidad de «restablecer una fuerte vinculación de Europa con América Latina».