Espectacular remontada blaugrana

Redacción

El FC Barcelona ha ganado este miércoles al Paris Saint-Germain (2-3) en el Parc des Princes, en la ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones, y se adelantan en una eliminatoria que sigue abierta tras un primer cara a cara eléctrico en el que el Barça estuvo bastante fino en ataque gracias a Robert Lewandowski y a un Raphinha autor de un doblete.

No hay nada decidido todavía pero el Barça está cerca de renacer tras lo visto en París. El Parque no fue del Príncipe Mbappé, no. Para su calidad, estuvo flojo pese a tener alguna ocasión en sus botas. Y el Barça lo aprovechó para coger una ligera ventaja en estos cuartos de final, dejando atrás un mal arranque de partido y teniendo el temple para, tras verse 2-1 abajo pese al gol inicial de Raphinha, volver a remontar.

Las idas y venidas, el toma y daca, tuvo colores blaugrana esta vez. Hacía cuatro años que el Barça no llegaba a cuartos y, de momento, demostró al PSG que tiene ganas de volver a unas semifinales cinco campañas después. En Montjuïc todo estará por decidir, pero Raphinha, un Lewandowski estelar pese a no marcar, y la pareja de centrales formada por Aruajo y Cubarsí mostraron unos brotes verdes del Barça que puede estar por venir.

Y también estuvo bien, mientras estuvo en el campo, un Lamine Yamal que se convirtió en el jugador más joven, a sus 16 años y 272 días, de la historia de la competición en ser titular en un partido de cuartos de final de la UEFA Champions League.

Hasta el minuto 20, todos los avisos eran del PSG. Pero en el 21′ cambió todo, cuando una mala salida del portero local Donnarumma estuvo cerca de aprovecharla Robert Lewandowski. Pero su cabezazo lo sacó sobre la línea de gol el lateral Nuno Mendes. Posteriormente, Lamine Yamal buscó el gol pero la defensa parisina desvió la acción a córner

El Barça confirmó su mejora en el verde del Parc des Princes, tras un inicio de partido de dominio parisino, con un gol de Raphinha que hizo estallar a la numerosa afición ‘culer’. Un tanto nacido de las botas de Pau Cubarsí y de un Robert Lewandowski vestido de creador. El polaco asistió a Lamine Yamal, que corrió como sabe y puso un centro con el exterior al que no llegó por poco el ‘9’, pero sí un Raphinha que se colocó para rematar de primeras, de derechas, el balón y marcar a ‘placer’ pese al intento de Lucas Beraldo de despejar de cabeza.

Esta vez no hubo milagro para la defensa del PSG y el Barça sí pudo festejar el ponerse, en el minuto 37, arriba en este arranque de eliminatoria que no dejó indiferente a nadie. Tampoco João Cancelo, que mostró su mejor y su peor cara a la vez, en una misma jugada. Se fue de sus rivales con velocidad, en una conducción perfecta, pero en vez de ver a su derecha a Ilkay Gündogan totalmente libre de marca, decidió disparar forzado y su tiro se fue directamente fuera, desviado.

Mientras, ‘Gündo’ le miraba y retaba con los brazos al cielo, sin entender por qué el lateral no le asistió. Pudo haber sido el 0-2 justo al borde del descanso. Y, poco después, fue Lamine Yamal quien tiró alto tras otra contra en la que, sin ser tan claro como en la jugada del lateral portugués, también tenía otras opciones de conexión con Lewandowski.

EL DESCANSO LO CAMBIA TODO

No había marcado todavía en esta ‘Champions’ Ousmane Dembélé y eligió hacerlo contra su exequipo, ante el técnico que confió en él cuando muchos le querían fuera del Barça. Así es el fútbol, también. Y el extremo galo aprovechó un mal despeje de Ronald Araujo en el área para recortar y fusilar, pese al intento de bloqueo de tres defensas blaugranas, a Ter Stegen.

Y al Barça se le fue el partido de las manos en apenas 3 minutos, en los 6 primeros tras la reanudación del choque, el tiempo que tardó el PSG en remontar. El segundo tanto fue obra de Vitinha, que culminó con un tiro raso y colocado, cruzado, una jugada que terminó haciendo estallar el Parc des Princes. Un cambio brutal de sensaciones tras el paso por los vestuarios, con un Barça incrédulo tras encajar esos dos mazazos.

Tanto trabajo para hacerse con el control del partido, tan buen juego mostrado en ambas áreas a partir del minuto 20, para ver en apenas 6 minutos de segunda parte cómo se venía abajo la baraja. Y los ‘culers’, los aficionados, empezaron a pensar en esas dos acciones perdonadas por Cancelo y Lamine Yamal.

Luis Enrique Martínez optó en el descanso por quitar a un desacertado Marco Asensio y por dar entrada a Bradley Barcola, el joven extremo galo llamado a ser la nueva estrella del PSG. Mini victoria para Lucho en el descanso. Y es que en sus botas estuvo el posible 3-1, pero su disparo se fue al larguero y arriba, bien protegida la acción por un Pau Cubarsí que, pese a salir en la fotografía del 2-1, ninguna culpa tuvo en esa remontada parisina. Gran partido del central canterano, con apenas 17 años, en un escenario de tanta envergadura.

Pero Xavi Hernández no quería perder este primer pulso con Luis Enrique Martínez. No quiso polémicas en las ruedas de prensa previas, pese a que el asturiano aseguró que él representaba mejor el espíritu blaugrana que el de Terrassa. Pues Xavi dio entrada a Pedri, recuperado de su lesión igual que Frenkie de Jong, y a João Félix y Pedri, en su primera acción, envió un balón largo para que Raphinha, en el 62′, empatara con una volea magistral. Tablas, de nuevo, en un partido eléctrico.

El PSG intentó rehacerse y Barcola, incisivo, se mostraba peligroso en las contras. Tanto que Ronald Araujo estuvo clave e impecable para tirarse al suelo y evitar un remate certero. Y poco después Ousmane Dembélé estuvo cerca de firmar un doblete –que habría dolido y mucho en Can Barça– cuando envió su disparo al palo, con Ter Stegen ya batido.

Pero también el Barça, con un disparo lejano y con rosca de João Félix que detuvo bien Donnarumma, avisaba. Y las tablas las rompió de nuevo el Barça gracias a un cabezazo imparable, a la salida de un córner y casi en boca de gol, de un Andreas Christensen que justo había salido al campo para dar descanso a Frenkie de Jong. Otro ‘minipunto’ para Xavi.

El Barça, que se quedó sin el inspirado Raphinha al notar molestias, y que terminó el partido con Araujo con rampas, se metió atrás pero intentó también retener el balón para defenderse. Le salió bien, aunque Ousmane Dembélé, en un centro-chut que no se supo bien qué era, a punto estuvo de conectar con Mbappé, que se lanzó a lo ‘Superman’ sin llegar a impactar con el balón. Un susto que se repitió cuando Mbappé envió un trallazo a la portería del meta alemán del Barça, pero acabó en córner. No se puede ganar en el Parc des Princes sin sufrir, y el Barça supo hacerlo para imponer su pegada y volver a casa con ventaja. Montjuïc decidirá. Y Xavi sonríe.

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