España es el 20º país del mundo en el ranking global de desarrollo sostenible

Alvaro San Román

España se sitúa en el puesto 20 de un total de 193 países en el nuevo ‘Informe sobre Desarrollo Sostenible 2021’, elaborado por la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible (SDSN, por sus siglas en inglés) y la fundación Bertelsmann Stiftung. En la nueva oleada de este trabajo, el país avanza varios puestos desde la última realizada (2018), por delante de Portugal, Italia o Hungría, pero detrás de Francia, Croacia y Reino Unido.

El informe toma como referencia la Agenda 2030 y sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) aprobados por la ONU en 2015, entre los que se encuentran “mejorar la vida de las personas y avanzar hacia un desarrollo sostenible que tenga en cuenta la interconexión entre la protección del medioambiente, la inclusión social y el crecimiento económico”.

El trabajo incluye un ranking, denominado ‘Índice ODS’, que muestra los avances realizados por todos los países hacia la consecución de los ODS, y, por cuarto año consecutivo, se incluye una clasificación de efectos negativos internacionales (‘spillovers’), que mide los efectos secundarios de unos estados sobre otros.

En ese sentido, España se posiciona el puesto número 20 del ranking global en desarrollo sostenible, aumentando dos puestos respecto al año anterior y mejorando ligeramente su rendimiento, pasando del 78,1% al 79,5%.

Los mejores resultados que obtiene el país corresponden al ODS1 (Pobreza cero), ODS 3 (Salud y bienestar), ODS 4 (Educación de calidad) y ODS 7 (Energía asequible y no contaminante). Sin embargo, en otros objetivos, como la prevalencia de la obesidad, los desajustes en la alimentación y las emisiones de CO2, España todavía tiene trabajo por delante. A pesar de ello, el número de indicadores en estado crítico se reduce considerablemente, de siete en 2019 a tres en 2021.

El informe también incluye un análisis de tendencia que indica el grado de cumplimiento de los ODS. En lo concerniente a España, el desarrollo en los ODS 1 y ODS 5 (Igualdad de género) es positivo, mientras que se estanca en la reducción de las desigualdades (ODS 10) y la vida submarina (ODS 14), siendo el ODS 15 (Ecosistemas terrestres) en el que se ha sufrido la mayor regresión.

A su vez, el caso español muestra el “fuerte compromiso gubernamental” con la Agenda 2030, habiéndose sometidos dos veces -en 2018 y 2021- a los exámenes de la ONU y habiendo establecido estructuras específicas y estrategias para incorporar transversalmente esta cuestión en las actividades públicas.

Por último, el ranking de ‘spillovers’ sitúa a España en una posición desventajosa frente a otros países en cuanto a los efectos negativos que produce en el sistema internacional.

De este modo, su resultado de 64,8 se sitúa por debajo de la media de 70,1 de los países de la OCDE, entendiendo 0 como el valor que representa un alto número de efectos negativos y 100 como la ausencia de ‘spillovers’ negativos.

Los efectos negativos de las actividades españolas provienen de la emisión de gases contaminantes en las importaciones, de las amenazas a la biodiversidad acuática y terrestre incorporadas en las importaciones y de la falta de inversión en cooperación internacional al desarrollo.

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