El Gobierno reconoce que Marruecos ha “suavizado” el “asalto” pero sigue en “observación” antes de dar por cerrada la crisis

Servimedia

El Gobierno está notando que el “desafío” que ha lanzado Marruecos a España, como lo denominó el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, se ha suavizado y va camino de recuperar la “normalidad” en las relaciones entre dos países vecinos.

Fuentes gubernamentales sostienen que el “asalto” a las «fronteras europeas», como remarcan desde el Ejecutivo, va volviendo a la “normalidad”, pero no dan por zanjada la crisis con Marruecos porque cerrar la situación requiere “al menos 48 horas de observación”.

Así lo trasladan fuentes gubernamentales que destacaron que no se trata de una “crisis migratoria” sino de un “asalto” en la frontera en Ceuta que va normalizándose, mientras que en Melilla no se han registrado hechos similares.

“Marruecos es un país vecino muy importante, hay que recomponer las relaciones” por lo que el Ejecutivo espera que “vuelva pronto” la embajadora marroquí, Karima Benyaich, llamada a consultas, porque “es muy buena”.

La situación, que “no es una crisis migratoria, es otra cosa”, según el presidente, centró parte de la sesión de control al Gobierno este miércoles, destacando el tenso ‘cara a cara’ entre Sánchez y Casado.

El jefe del Ejecutivo reclamó “lealtad” al principal partido de la oposición, después de que Casado le afeara que “le queda grande el Gobierno” porque “no ha podido gestionar ni la crisis sanitaria ni la económica ni la internacional”.

También la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, reclamó “firmeza” a esta “afrenta injustificable”, a lo que Sánchez respondió con la reclamación de “unión y responsabilidad” a los grupos parlamentarios para que estén con el Ejecutivo en este momento “crítico” y poder así abordar la “crisis humanitaria y migratoria”.

El Gobierno está “preocupado” por esta crisis y la deriva que pueda generar, por lo que espera que se haya encauzado a su resolución tras la visita de Sánchez a Ceuta y Melilla y el refuerzo militar y policial en las fronteras con patrullas conjuntas.

Con este marco, el Gobierno admite que, tanto en los contactos de “alta diplomacia” que están desarrollándose como “el comportamiento distinto” que ven en la policía, ya está “bajando el diapasón”. Lo importante, subrayan, es que ha “bajado el flujo” de personas y que esperan “revertir en las próximas horas”.

Desde el Ministerio del Interior niegan falta de previsión y argumentan que las «circunstancias excepcionales son difíciles de prever».

De hecho, sostienen que la crisis se desató por un cúmulo de circunstancias, no solo por el acogimiento en España por cuestión “humanitaria” del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, que ya lleva un mes en el país, entre las que citan el conflicto palestino-israelí y la posición de EEUU sobre el Sahara. Un cúmulo de hechos que, dicen desde el Gobierno, ha dado pie a Marruecos para lanzar este “desafío a Europa”.

El Ejecutivo no aclara si se informó a Rabat de que se iba a acoger a Ghali y lo enmarca en relaciones diplomáticas y en “datos jurídicos” para no pronunciarse por si entró en España desde Argelia con identificación falsa.

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