El consumo de cocaina, una tendencia ascendente en los últimos siete años, según Proyecto Hombre

Alvaro San Román

La Asociación Proyecto Hombre advirtió este jueves de una tendencia ascendente en el consumo de cocaína durante los últimos siete años e indició que durante este periodo el perfil de las personas atendidas sigue siendo mayoritariamente el de un hombre (84,6%), de 38 años de edad, soltero, desempleado, con bajo nivel formativo y sin cargas familiares.

Así se desprende del Informe Extraordinario del Observatorio 2013-2019, que recoge datos evolutivos del perfil de las personas con problemas de adicción atendidas en sus centros a lo largo de siete años, las tendencias en el ámbito de las adicciones y sus perfiles y confirma que la principal sustancia de consumo en el grupo de hombres es la cocaína, que ha registrado un aumento casi del 9% desde 2013 (28,3%) al 2019 (37%).

En el ámbito educativo, en el periodo analizado los bajos niveles formativos siguen siendo una constante entre la población atendida en Proyecto Hombre, ya que más de la mitad de las personas en tratamiento continúan sin estudios (35,7%) o con estudios de primaria (28,6%).

En el ámbito laboral, el 64,5% de usuarios ocupa o ha ocupado un empleo no cualificado, que le expone a mayor vulnerabilidad en situaciones de crisis económicas, según Proyecto Hombre. Además, en el periodo inmediatamente anterior se observa una pérdida de empleo bajando del 73,8% personas empleadas en los tres años anteriores, al 38,1% en el momento de acceso a tratamiento.

En el ámbito de la salud mental, se percibe una alta incidencia de trastornos de ansiedad severa (65,3%), seguido de problemas emocionales y psicológicos (51,9%) y depresión severa (51,8%), siendo otro importante indicador del grado de afectación de la salud mental el relacionado con el suicidio, pues un 40,8% de las personas atendidas ha tenido ideación suicida a lo largo de la vida y un 23,2% lo ha intentado.

MUJERES

La edad media de inicio de tratamiento de las mujeres es de 39,9 años y tardan dos años y medio más en acceder a tratamiento que los hombres.

En general, presentan un menor apoyo socio familiar y, por tanto, una mayor vulnerabilidad puesto que un 11% viven solas con sus hijos a cargo, mientras que entre los hombres sólo llega al 1%.

Las mujeres tienen menos empleo (el 27,7% cuentan con empleo frente a un 39,9% de los hombres), más trabajo doméstico y jornadas laborales más reducidas.

Además, también padecen más problemas de salud crónicos que interfieren en su vida cotidiana (38,8% frente a un 29,9% de los hombres) y, en cuanto a los problemas psiquiátricos, tienen alta incidencia de depresión severa (78,9%), problemas psicológicos (70,7%), ideación severa de suicidio (54,5%) e intento de suicidio (38,7%).

Desde 2013, la evolución de la cifra de las mujeres atendidas en Proyecto Hombre ha sufrido un leve incremento, ya que del 14,8% de 2013 (frente al 85,2% de varones) se ha pasado a un 16,1% en 2019.

Este jueves se ha presentado también la campaña de sensibilización ‘V de Valientes’, que muestra a todas las personas que forman Proyecto Hombre como personas preparadas, motivadas y con valentía para afrontar cualquier problemática.

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