El Atleti es un equipo descomunal

Redacción

El Atlético de Madrid venció (1-0) este sábado al FC Barcelona en la jornada 10 de LaLiga Santander celebrada en el Wanda Metropolitano, con un gol de Yannick Carrasco en la última jugada del primer tiempo y en una muy mala salida de Ter Stegen, victoria que confirma el gran momento rojiblanco y oscurece un poco más el complicado futuro del equipo de Ronald Koeman.

Los de Diego Pablo Simeone jugaron casi a placer. No tenían a Luis Suárez, baja por coronavirus, pero les bastó con su versión fiable ante un Barça herido. No levanta cabeza el cuadro culé, que dio incluso algún paso atrás en los brotes verdes vistos con el técnico neerlandés. El partido de Messi fue un triste poema al igual que el de su equipo, el día que tocaba dar un paso al frente.

Para más penuria culé, el Barça lamentó la lesión de rodilla de Gerard Piqué, quien se fue al vestuario medio llorando en el minuto 62 en una acción con Correa. Son solo ocho partidos de liga, pero el Atlético, que se proyecta como líder cuando salde cuentas con el calendario, saca ya nueve puntos a un Barça cuatro solo por encima del descenso. Los del ‘Cholo’ son firmes candidatos.

El diagnóstico de este Barça puede no ser uno, pero sin duda está enfermo. Siempre habrá una excusa, pero es claro que el equipo no funciona y que su bandera, Leo Messi, está caída. Con dos tercios de temporada por delante todo puede pasar, pero el cuadro culé parece condenado a una dura transición. En el Wanda, una baza con la que crecer en confianza y en una pobre clasificación, no hubo reacción.

El partido tuvo el ritmo típico de después de parón –esa excusa– aunque durante 15 minutos iniciales pareció otra cosa. Dembélé desbordó nada más empezar y encontró a Griezmann, pero su remate se fue alto. En el otro área, Saúl hizo volar a Ter Stegen. El Atleti optó por esperar atrás, un riesgo ante el Barça de Koeman, ya que al menos sí venía de ser capaz de jugar con ritmo y llegada.

No fue esta vez. El cuadro azulgrana se fue quedando tan frío como la noche en Madrid. También el cuadro local bajó su ritmo después de buenas llegadas de Carrasco y en especial Llorente, quien se topó con el larguero. El riesgo en los visitantes era esa defensa tibia ante el equipo más en forma del Campeonato, aunque no había prisa en el Atleti. Menos aún, pese a la necesidad, en el Barça.

NO SOLO MESSI, EL BARÇA DEAMBULA EN LIGA

La imagen culé era la de Messi sin entrar en juego, la ausencia de protagonismo de De Jong o Pjanic, la de Pedri desesperado por recibir un balón hasta el punto de ir a quitárselo a Dembélé. El argentino tuvo su ocasión en el minuto 40, pero muy escorado ante Oblak. Ambos firmaban el empate, tras mucho tiempo sin atacar, cuando Ter Stegen regaló el 1-0. No apretó bien Piqué y Correa robó el balón que filtró a Carrasco, muy mal medido por el meta.

Tras el descanso Lenglet fue el arma ofensiva visitante. El francés tuvo dos buenos remates de cabeza pero ambos centrados. Entonces se produjo la lesión de Piqué y el Barça terminó de desaparecer. Al Atlético le bastaba con su versión defensiva, un muro del que salía repelido el balón sin peligro. Uno de esos rebotes le cayó a Dembélé pero el francés disparó desviado.

Los de Cholo pudieron matar a la contra, pero esta vez la magia de Joao Félix no salió a relucir. La pelea de Diego Costa tampoco supuso la sentencia, pero el orgullo azulgrana estuvo tan bajo como su rendimiento para cambiar el marcador. La noche fue rojiblanca con el único pero de no tener a su afición, por culpa de la pandemia de coronavirus, disfrutando del mejor Atleti.

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