El 91% de los trabajadores españoles afirma que una buena alimentación es esencial para su salud

Remitido

El estudio ‘Hábitos alimentarios en el entorno laboral’ elaborado por Cigna Healthcare España evidencia que la calidad de la alimentación impacta en el bienestar general, la energía y la capacidad de concentración

En un periodo marcado por reuniones sociales, comidas abundantes y horarios irregulares, puede resultar complicado mantener hábitos alimentarios equilibrados, fundamentales para preservar la salud y el bienestar. Y es que, a pesar de que el 91,1% de los trabajadores en España afirma que una alimentación saludable mejora su bienestar general, tal y como se indica en el estudio ‘Hábitos alimentarios en el entorno laboral’ elaborado por Cigna Healthcare España, durante las Navidades se suelen intensificar comportamientos que, durante el año, se gestionan con mayor control.

Los menús más calóricos, la acumulación de eventos sociales o las cenas tardías pueden provocar digestiones pesadas, sensación de cansancio y mayor dificultad para mantener el foco, lo que tiene un impacto directo en el bienestar físico y mental. De hecho, este mismo informe indica que el 41% de la población activa cree que la calidad de la alimentación influye en su concentración en algunas ocasiones, mientras que el 34,2% considera que tiene un impacto significativo.

En el plano emocional, la relación entre alimentación y bienestar es evidente y va mucho más allá del mero estado de ánimo. Cuidar lo que se come ayuda a regular hormonas vinculadas al estrés y la saciedad, como el cortisol o la serotonina, que influyen en cómo se gestiona la presión del día a día y en la capacidad para mantener la calma ante un calendario lleno de compromisos. Cuando la dieta se vuelve más irregular y abundan los azúcares y ultraprocesados, es habitual que aparezcan fluctuaciones de energía, irritabilidad, dificultades para concentrarse o, incluso, una sensación de fatiga sostenida que puede interferir en el descanso y en la calidad de nuestro sueño También puede afectar a procesos como la memoria o la claridad mental, ya que los desajustes alimentarios alteran los ciclos de sueño y pueden intensificar la percepción de estrés.

«Las celebraciones navideñas no tienen por qué estar vinculadas a malos hábitos. Mantener un sueño regular y una alimentación equilibrada no es incompatible con pasar tiempo de calidad con quienes nos importan. De hecho, el informe muestra que el 89,6% de los trabajadores percibe un impacto directo en su bienestar emocional cuando cuida su alimentación, porque esa regularidad actúa como un ancla que estabiliza el ánimo, reduce la sensación de descontrol y ayuda al organismo a responder mejor a las demandas de estas fechas. Encontrar ese equilibrio es clave para disfrutar de la Navidad de manera saludable, sin que posteriormente nos pase factura», destaca la doctora Daniela Silva, especialista en Medicina Interna y E-Health Manager de Cigna Healthcare España.

Asimismo, la alimentación también tiene un impacto directo en el nivel de energía, causado, en muchas ocasiones, por un descanso escaso e interrumpido y una menor actividad física. En este sentido, el informe muestra cómo el 66,6% nota una diferencia en su nivel de energía cuando come de forma saludable, un dato que adquiere especial relevancia en un periodo donde abundan los excesos y la irregularidad horaria. A ello se suma que el 60,9% siente que una buena alimentación mejora su resistencia a enfermedades y dolencias, un aspecto importante en un momento del año en el que las bajas temperaturas y los cambios de hábitos pueden pasar factura.

Para evitar caer en este descontrol alimentario, los expertos de Cigna Healthcare facilitan una serie de consejos y, así, que los trabajadores puedan cuidar su salud en semanas de celebraciones:

  • Alternar comidas copiosas con opciones más ligeras puede ayudar al organismo a recuperar su equilibrio. Según recomiendan diversos profesionales de la nutrición, un exceso puntual no supone un problema siempre que se compense al día siguiente con preparaciones más suaves. En caso de optar por una ingesta más abundante, es preferible concentrarla en la comida principal y reservar una cena ligera. La incorporación de caldos, verduras cocinadas o proteínas magras facilita dicha compensación, al igual que la adaptación de recetas tradicionales a versiones más saludables.
  • Incorporar más alimentos frescos. Priorizar frutas, verduras y preparaciones sencillas ayuda a equilibrar menús más calóricos. Empezar la comida con opciones ricas en fibra favorece la saciedad, y añadir una pieza de fruta a media mañana o tras la comida ayuda a regular el apetito y aportar micronutrientes al organismo. Aprovechar verduras de temporada, ya sea en guarniciones, platos principales o cremas vegetales, permite aligerar el menú y sustituir entrantes más pesados.
  • Evitar el picoteo continuado, especialmente en días de teletrabajo. Aunque trabajar desde casa ofrece oportunidades para organizar mejor las comidas, de acuerdo con el informe de Cigna Healthcare, el 46,5% de las personas que teletrabajan reconoce picar entre horas, un comportamiento que puede intensificarse durante las fiestas. Mantener los dulces fuera de la vista, fijar horarios claros para desayunar, almorzar y merendar, y tener a mano snacks saludables como fruta o frutos secos naturales ayuda a reducir el picoteo impulsivo.
  • Mantenerse hidratado de forma constante. Beber agua de manera regular ayuda a la digestión y a recuperarse del exceso de sal o azúcar durante las fiestas. Una forma práctica de lograrlo es tener siempre una botella a mano y fijarse un objetivo diario, como terminarla antes de cada comida principal. Otra opción es tomar infusiones después de las comidas o entre horas, que aportan líquido y pueden ayudar a reducir la sensación de hambre.
  • Planificar la compra y las comidas para no improvisar en exceso. Elaborar un menú semanal y preparar la compra con una lista de alimentos necesarios, combinado con acudir al supermercado con el estómago lleno, ayuda a tomar decisiones más conscientes y reducir compras impulsivas. Asimismo, aplicar la regla 40-30-30 facilita equilibrar los platos (40% carbohidratos, 30% proteínas, 30% grasas saludables) y servir primero la proteína aumenta la saciedad. Además, incorporar «extras» saludables como frutos secos, aguacate o un chorrito de aceite de oliva, utilizando platos más pequeños y preparar raciones controladas ayuda a evitar repetir y picar sobras.

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