Cuarenta y ocho horas, el sufrimiento de todo un País. Todos con Miguel Angel Blanco (2ºcapítulo)

Alvaro San Román

Después del comunicado de ETA enviado al diario Egín, (el periódico que era el portavoz de los terroristas, y que el juez Baltasar Garzón clausuro en 1998 porque consideraba que estaba supeditado a ETA), la noticia llego a las redacciones de los periódicos, radios y televisiones que comenzaron una frenética carrera por informar minuto a minutos del secuestro y la amenaza de asesinato del concejal del Partido Popular. Comenzaban cuarenta y ocho horas de angustia, rabia e indignación de una sociedad que se veía impotente ante la sin razón de los asesinos

Después del primer impacto, la sociedad empieza a reaccionar, empiezan las primera manifestaciones espontaneas contra ETA en Ermua y la indignación con Herri Batusana sube por momentos entre los vascos. La Guardia Civil, la Policía Nacional y la Ertzaintza, como un solo cuerpo, comienza una carrera frenética por localizar a Miguel Angel.

El Rey a todos los representantes de los partidos políticos condenan sin paliativos el secuestro y exigen la liberación del concejal.

Pero las horas pasan sin resultados, y la indignación en todo el país se va convirtiendo en una rabia difícil de controlar. Empiezan los lazos azules a lucir en la solapa de millones de españoles y por las calles, las caras de una inmensa tristeza.

La larga noche del 10 de julio

 

Foto El CORREO

La noche del 10 de julio, es muy dura para la familia que ven que pasan las horas sin resultados positivos, pero mantienen las esperanzas de volver a abrazar a Miguel Angel. La casa de la familia Blanco se llena de amigos y vecinos de Ermua se agolpan en frente al portal, para infundir ánimos a la familia y decirles que no están solos.

Aquella noche todas las cadenas de televisión emiten un comunicado conjunto, donde rechazan el secuestro y anuncian que pondrán un lazo azul en sus pantallas hasta que los etarras liberen al edil secuestrado. Mientras las fuerzas de orden público peinan todo el País Vasco para intentar dar con el paradero de Miguel Angel.

Amanece el 11 de julio

El 11 de julio amanece en España y mires donde mires, te encuentras con la cara de Miguel Angel Blanco, su rostro se encuentra en todos los periódicos y televisiones, en los bares y en las paredes de todas las calles de España se pegan carteles con la imagen de Miguel Angel, exigiendo su liberación.

Los recuerdo aquella mañana, en Madrid, los tengo muy vivos. Yo entonces era Director de Programas de Onda Cero. Nadie de la redacción de informativos en Madrid y en las emisoras de Onda Cero en el País Vascos se había ido a su casa, todos estábamos pendientes del ministerio del Interior. A las 12 en punto de la mañana todos los trabajadores de la Cadena en toda España, guardaron un tenso minuto de silencio, el mismo minuto que se vivió en cada casa, cada fabrica, cada oficina y cada calle de nuestro País. Un minuto que acabo con fuerte aplauso y gritos exigiendo la libertad de Miguel Angel y dejando salir toda la rabia acumulada contra una banda de asesinos. Ese día vi muchas lágrimas en los ojos de mis compañeros y especialmente en la cara del jefe de informativo de Onda Cero, Felix Madero.

La tarde noche de aquel 11 de julio de 1997 las plazas de todas la ciudades y pueblos de España se llenaron de manifestantes, la más numerosa fue la Madrid, en el País Vasco   San Sebastián, Vitoria y Ermua, fueron un ejemplo claro de repulsa a los asesinos de ETA.

 

Acabando ya el día, la tensión y la crispación en el País Vasco va en aumento, todos hacen culpable a Herri Batusana,  El entonces  presidente del PP en el País Vasco, Carlos Iturgaiz, fue muy claro: «HB no necesita ir al “zulo”, ya lo conoce porque lo construyeron ellos». (ABC). En el propio entorno Etarra se empiezan a levantar voces pidiendo la liberación de Miguel Angel Blanco.

 

Doce de julio, seis de la mañana, 10 horas para la infamia 

El desánimo en todos es el denominador común aquella mañana, las horas pasan y no hay resultados en la búsqueda de Miguel Angel

A las 12 de la mañana comienza una histórica manifestación en Bilbao con más de quinientas mil personas, con la presencia del presidente de España, José María Aznar, de la Generalitat, Jordi Puyol, y el líder del PSOE, Joaquín Almunia y por supuesto el Lendakari, Jose Antonio Ardanza.

De nuevo voces de ex etarras exigen la liberación del concejal secuestrado. Por primera vez en la historia de la banda asesina, se oyen voces de su propio entorno haciendo crítica de la actuación de ETA.

A la hora de comida, todos los hogares de España, comen viendo la televisión y oyendo la radio simultáneamente, en un intento desesperado de oír la noticia de la liberación. Pero la notica no llega, y el tiempo se acaba.

La cuatro de la tarde es la hora marcada por los asesinos de ETA, para cumplir su amenaza.

Todas las televisiones a falta de un minuto para las cuatro, y de una manera conjunta, interrumpen sus programaciones para realizar un minuto de silencio, en la pantalla un lazo azul y un “Miguel te esperamos”.

Próximo capítulo: Dos tiros en la nuca. El principio del fin de la banda asesina. El espíritu de Ermua.

 

 

 

 

 

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