Cannibal: para comérselo todo, aunque sea crudo

Alfonso de la Mata

‘Cannibal Raw Bar Madrid’ abrió sus puertas en 2016 en la calle Almirante, en el mismo local que un día ocupó el desaparecido Café Oliver, un clásico del brunch en Madrid. Desde entonces, se ha convertido en un indispensable de la cocina madrileña y desde luego del barrio de las Salesas. Si el color azul de su fachada atrae, la comida dentro engancha.

El sitio, con cierto aire londinense, es tranquilo y muy agradable en la parte de arriba, donde cuenta con algunas mesas situadas bajo amplios ventanales en las que en verano da la impresión de estar comiendo o cenando en una terraza, además de servir como reclamo para el transeúnte despistado. El piso de abajo, con las clásicas bóvedas enladrilladas que caracterizan la mayoría de bajos del barrio, está más orientado a lo que ahora se conoce como ‘afterwork’, es decir, para tomarse una copa y cenar al compás de la música electrónica, toda una experiencia sensorial.

El personal de sala es magnífico, correcto con el comensal y dispuesto a escuchar las críticas aun cuando éstas son negativas – «Tiene usted toda la razón» – fue la respuesta que recibimos al devolver una botella de vino, que sin estar picado, tenía cierto sabor acorchado. Uno de los sellos de identidad de su cocina son los platos que prepara el chef, casi todos crudos, un valor diferencial que quizás muchos no entiendan. Pero no sean temerosos, láncense, y no se arrepentirán.

Una carta equilibrada con toques asiáticos, mediterráneos y latinos, hará las delicias de los amantes de la buena mesa. Imprescindibles los tartares y los pescados en todas sus manifestaciones. Los carnívoros tampoco se quedarán con hambre, palabra. Todavía recuerdo el lomo salteado peruano, una delicia donde hincar el diente. La bodega es amplia y variada, y cuenta con excelentes vinos blancos, espumosos, rosados y mejores tintos con infinidad de denominaciones. Por último, pero no menos importante, los postres. Increíble el flan de mascarpone, normalmente un queso que se degusta en forma de tarta de tiramisú, el cheesecake y el tartar de mango.

Cannibal es uno de esos sitios que nunca pasará de moda en Madrid. ¡Atención! justo enfrente está Charrúa, de los mimos dueños y especializado en carne, pero eso ya es otra historia.

 

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