Andreu Martín juega con la «ambigüedad» de los espías en una novela ambientada en Barcelona

Redacción

El escritor Andreu Martin juega con la «ambigüedad y paradojas» del mundo de los espías en la novela ‘La cuarta chica por la izquierda’, ambientada en la Barcelona de los años de la I Guerra Mundial y que publica esta semana en castellano Alrevés y en catalán la colección Crims.cat de la editorial Clandestina.

En rueda de prensa este jueves en Barcelona, ha explicado que con esta novela regresa a la «efervescencia» de la avenida Paral·lel, donde ya situó ‘Cabaret Pompeya’, en un periodo en que la capital catalana se convirtió en un centro neurálgico y escenario de servicios secretos, agentes dobles y espías de ambos bandos en la guerra.

En la novela, un muchacho llega a la ciudada en busca de una bailarina con quien su padre había vivido una extraña aventura, al mismo tiempo que en la costa catalana, pese a la neutralidad española en la guerra, llegan submarinos alemanes para abastecerse.

Andreu Martín (Barcelona, 1949) ha remarcado que la novela explora ese periodo en que su ciudad fue un «lugar muy especial», y ha querido exponer personajes como la vedete, el joven que llega a la gran ciudad y un naviero que se empobrece ante la actividad de los submarinos alemanes en el Mediterráneo.

El novelista ha asegurado que relaciona la novela con el ‘fake’ del que se habla en la actualidad, ya que los espías se hacen pasar por quienes no son, mienten para obtener verdades y quienes se las creen no lo hacen como si fueran verdades absolutas: «Esta ambigüedad la identifico mucho con las verdades que ahora nos llegan, que todo es relativo».

Ha explicado que en la documentación ha sido importante el libro de Jaume Passarell ‘Bohemis, pistolers, anarquistes i altres ninots’ y una tesis doctoral sobre España durante la I Guerra Mundial.

En su novela pretende hacer pensar al lector si lo que lee «es posible», y ha escogido el histórico local de espectáculos El Molino como representativo del Paral·lel en un momento en que su efervescencia competía con el Pigalle de París.

Desde el primer momento, Martín tuvo claro que la historia nuclear sería la que se desarrolla en el Paral·lel, pero acabó redactando antes la trama de los submarinos en la costa, y terminó por intercalar los capítulos en la novela.

El autor, que ha escrito la obra en catalán y la ha traducido al castellano, es un «defensor y enamorado» de Barcelona, aunque ha admitido que la actual no es la que más le gusta y que por eso quizá regresa a la ciudad de inicios del siglo XX en sus novelas.

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